jueves, 5 de julio de 2018



El cambio lo haces tú… recuerda que puedes contribuir con pequeñas acciones que podrán hacer un gran cambio. 

El planeta es tuyo !Cuídalo¡

¿Calentamiento Global o Cambio Climático?

Frecuentemente hablamos de calentamiento global para referirnos a los cambios del clima que se han detectado en las últimas décadas. 
Pero el clima es resultado de la interacción entre el océano, la atmósfera, la litósfera, la criosfera y la biosfera, alimentados por la energía del Sol, en un complejo sistema del cual aún falta mucho por saber. Los cambios climáticos que se están observando modifican la temperatura promedio de la Tierra, pero también alteran los otros componentes del clima, los cuales son tan o más importantes para nuestra vida cotidiana como los cambios en la temperatura.



Una mirada al clima.

El clima promedio de la Tierra está determinado por la energía que llega del Sol y por las propiedades de la superficie terrestre y de la atmósfera, como la reflexión, absorción y emisión de energía. Los cambios en estas propiedades de la Tierra y su atmósfera alteran el balance global de energía del sistema y pueden provocar cambios en el clima. Por ejemplo, un incremento en las concentraciones de los llamados gases de efecto invernadero aumenta la absorción atmosférica de la energía que emite la superficie terrestre en forma de radiación infrarroja. Una parte de la energía que antes escapaba al espacio se queda en la atmósfera, como el calor en un invernadero. Este efecto es la causa principal del cambio climático actual.

El gas de efecto invernadero que tiene mayor impacto sobre el clima de la Tierra es el bióxido de carbono (CO2). Este gas es transparente a la radiación visible, por lo que no absorbe la energía del Sol, pero retiene la que emite la Tierra como radiación infrarroja, de longitud de onda más larga. Por ello, el aumento en la concentración de CO2 en la atmósfera produce un incremento en la temperatura de la superficie terrestre. El aumento en la concentración de CO2 en la atmósfera es un dato duro e inobjetable que ningún análisis serio niega. Desde el inicio de la industrialización, la concentración de CO2 en la atmósfera ha aumentado 35%, pasando de 280 partes por millón (ppm) a 379 ppm, mientras que en los 8 000 años previos a la industrialización sufrió un incrementó de tan sólo 20 ppm. La tasa de incremento anual del CO2 ha sido mayor durante los últimos 10 años, con una tasa promedio de 1.9 ppm/año en el periodo de 1995 a 2005.


Varios de los principales gases de efecto invernadero están presentes en la atmósfera de forma natural, pero el aumento en sus concentraciones atmosféricas en los últimos 250 años se debe en gran medida a las actividades humanas, principalmente a la quema de combustibles fósiles (carbón y derivados del petróleo) y a la deforestación. Cabe señalar que no todo el CO2 generado durante la era industrial se encuentra en la atmósfera, pues alrededor del 50% ha sido absorbido por la biosfera y los océanos. Aunque la fracción de CO2 en la atmósfera es muy pequeña (del orden del 0.038% del volumen total de ésta), por sus propiedades de absorción de la radiación infrarroja basta un cambio pequeño en su concentración para incrementar notablemente la cantidad de energía que se queda en la atmósfera.


Asimismo, el cambio en los flujos de energía provocado por el aumento del CO2 afecta procesos como el ciclo hidrológico, que es de vital importancia pues el agua desempeña un papel primordial en el clima terrestre. Las nubes, por ejemplo, reflejan parte de la energía que llega del Sol y la devuelven al espacio. También modifican la retención de energía en las capas bajas de la atmósfera y en la superficie del planeta dependiendo de su altura. Pero aún hay mucha incertidumbre acerca de la magnitud del efecto del aumento del CO2 sobre el ciclo hidrológico, porque éste depende de muchos factores que es difícil medir con precisión, como la cobertura de nubes, su tipo y altura.

Con el cambio climático también se ven afectados los patrones de circulación oceánica y atmosférica, lo que a su vez modifica los climas regionales.


Se nos acaba el tiempo para salvar a la Tierra...

El cambio climatico, la deforestación, la pérdida de acceso al agua dulce, la extinción de especies y el crecimiento de la población humana no hacen sino agravar aún más la situación. El bienestar humano se verá gravemente amenazado si no le ponemos remedio

En 1992, más de 1.700 científicos, incluidos la mayoría de los ganadores del Premio Nobel, escribieron una advertencia urgente a la humanidad. El mensaje fue simple: si no tomamos medidas drásticas, la miseria humana prevalecerá y nuestro planeta será "irremediablemente mutilado". 25 años después, no han cambiado mucho las cosas.

Según las tendencias actuales, para 2050 la población humana podría aumentar a más de 9.000 millones de personas. Si no estabilizamos el número de personas, el estrés al que sometemos a nuestro entorno continuará empeorando y acabaremos condenándolo.

Al no limitar adecuadamente el crecimiento de la población, reevaluar el papel de una economía enraizada en el crecimiento, reducir los gases de efecto invernadero, incentivar la energía renovable, proteger el hábitat, restaurar los ecosistemas, frenar la contaminación, detener la defaunación (reducción de grandes y medianos vertebrados) y restringir las especies exóticas invasoras, la humanidad no están dando los pasos urgentes necesarios para salvaguardar nuestra biosfera en peligro.


miércoles, 20 de junio de 2018

¿Como combatir el cambio climático?

Te contamos qué hábitos de vida podemos poner en marcha para combatir el calentamiento global

Actúa contra la pérdida de bosques

En la medida en la que puedas, evita lo que provoque riesgos de incendio. Si quieres comprar madera, apuesta por aquella con certificación o sello que asegure su origen sostenible.



¡Planta un árbol! En toda su vida, puede absorber hasta una tonelada de CO2.


Reduce emisiones

Usa menos el coche siempre que puedas, utiliza medios de transporte sostenibles, como la bicicleta. Sabías que el avión es el causante de gran parte de las emisiones de CO2 emitidas a la atmósfera. Si lo tuyo es el coche, recuerda que cada kilómetro que aumentas la velocidad, aumenta considerablemente el CO2 y el gasto. Cada litro de combustible que consume el coche, supone unos 2,5 kilos de CO2 emitidos a la atmósfera.


Pon en práctica las 3 ‘R’ de la sostenibilidad

Reduce: consume menos, de manera más eficiente.


Reutiliza: aprovéchate de los mercados de segunda mano, para dar otra oportunidad a aquello que ya no usas o hacerte con algo que necesitas y que otra persona ha desechado. Ahorrarás dinero y conseguirás reducir el consumo. Practica también el intercambio.

Recicla: envases, residuos electrónicos, etc. ¿Sabes que puedes ahorrar más de 730 kilos de CO2 al año sólo con reciclar la mitad de la basura que se genera en el hogar?



Medidas por tomar.

El cambio climático no es cuestión únicamente de multinacionales que contaminan. Es la calefacción, el transporte, cosas que conciernen a cada uno de nosotros. El clima no está a merced de la fatalidad, la humanidad tiene el poder de actuar o bien o mal. 

Y ello nos da una responsabilidad nueva. No se trata de realizar profecías apocalípticas, sino de enfrentar una realidad que cambia.

El calentamiento global supone cambios graves en el planeta, como el aumento del nivel del mar, fenómenos atmosféricos extremos, deforestación, desaparición de especies… Pero como individuos podemos poner en marcha pequeñas acciones más sostenibles dentro de nuestra comunidad que ayuden a frenarlo y a cuidar el medio ambiente

Así que, como se viene diciendo desde hace tiempo, deberíamos pensar globalmente y actuar localmente. Hay cosas que todos podemos hacer, como ahorrar agua y energía, usar transportes públicos, papel reciclado, etc. Sólo la utilización razonable de energías limpias, la reducción de residuos, el urbanismo responsable y el control sobre el tráfico contaminante, entre otras cosas no ayudarán preservar el planeta tal y como lo conocemos